Las actuales herramientas para entender la realidad han quedado obsoletas y es necesario proponer y utilizar modelos de predicción que relacionen las variables financieras y las variables macroeconómicas como la producción, la inflación, los tipos de interés y el volumen de los préstamos. Así lo apuntó la pasada semana el director general adjunto del Departamento de Investigación del Banco Central Europeo, Philipp Hartmann, quien ofreció la primera conferencia de la 4ª edición del congreso de la Sociedad Internacional de Finanzas y Banca (IFABS), coorganizado por la Universitat de València, el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), la Universitat Jaume I de Castelló y la Universidad de Leicester y que reunió en ADEIT a más de 270 expertos de 54 países distintos.
Durante su ponencia, que llevó por título “Message from MaRs: Towards a new finance-macro synthesis”, Hartmann subrayó, además, que estos nuevos modelos deben incluir los cambios de régimen. «La economía real reacciona de forma diferente en periodos de estrés financiero que en periodos tranquilos, algo que los modelos de predicción deben tener en cuenta», afirmó. En este sentido, señaló que «es necesario un cambio en la profesión económica», que pasa por utilizar modelos que no sean lineales y que interrelacionen las finanzas y la economía real.
Como ejemplo de estos nuevos modelos, Hartmann apuntó a los trabajos de dos investigadores del Banco Central Europeo: Boissay (2011), que se centra en un modelo de equilibrio para la banca interrelacionado con la economía real, y Aoki and Nikolov (2011), centrado en un modelo bancario con activos que pueden sufrir procesos de burbuja. Asimismo, el director de Investigación del BCE presentó el proyecto MaRs (Macroprudential Research network), aprobado por el BCE en 2010 con el objetivo de desarrollar modelos del tipo propuesto por Hartmann para mejorar la supervisión macroeconómica y hacerla más prudencial. En el modelo, basado en tres líneas: modelos que relacionan finanzas y macroeconomía, indicadores de riesgo y alarma y análisis del contagio del riesgo, hay alrededor de 200 economistas involucrados y su informe verá la luz en otoño de este año.
El decano de la Facultat d’Economia de la Universitat de València, Vicent Soler, que presidió la inauguración del congreso, coincidió con Hartmann al señalar que «las herramientas teóricas para entender la nueva realidad y la crisis actual han quedado obsoletas». Soler subrayó que el trabajo desarrollado durante este congreso es «de suma importancia», ya que la crisis económica –subrayó– debe servir para reflexionar de forma conjunta sobre el mercado financiero y la situación real de la economía.
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